CARTAPACIO | EL PARTEAGUAS

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Por: Lic. Raúl Ruiz

Periodista y Analista Político

Ceremonia protocolaria en el Palacio Legislativo de San Lázaro.

Mientras los representantes de sus respectivas bancadas, daban a conocer sus posicionamientos de partido sobre el tema del nuevo mandato como presidente de México, en la figura de Claudia Sheinbaum, en los canales de televisión se armaban mesas de análisis cuyas participantes, curiosamente siempre… mujeres.

Y al mismo tiempo, la llegada de gobernadores, funcionarios e invitados especiales, al recinto legislativo, para dar testimonio de este histórico hecho, pues luego de 65 presidentes varones, llega por primera vez una mujer a los controles políticos del país. Entre los cuales destacó la presencia de Jill Biden, esposa del presidente Joe Biden, como representante de Estados Unidos en la toma de protesta.

Mientras esto ocurría, en el zócalo se daban cita, grupos para recibirla en multitudinario encuentro con el pueblo mexicano.

Destaca la encuesta presentada por el diario El Financiero, donde recalca que el 60% de los encuestados piensa que Claudia Sheinbaum  hará un mejor gobierno que el de Andrés Manuel.

A las 9:45 salió de casa de Claudia Sheimbaum un lujoso Audi negro donde aparentemente ella iba a bordo, pero luego se supo que no, que ella saldría más tarde.

Este rasgo apuntó una señal interesante para propios y extraños.

No era la imagen que durante seis años dio al mundo AMLO, donde ponderó la austeridad republicana, y la pobreza franciscana.

¡Este es el segundo piso!

Se especuló sobre un distintivo personal, para que luego no le digan que es una mala copia de Andrés Manuel López Obrador.

Sin embargo, salió a las 10:32 a bordo de su auto particular, un AVEO, color gris.

Ella, vestida de blanco, con una ancha bufanda casi poncho, casi ruana, para soportar la fría mañana de octubre en cdmx.

Ante una multitud de reporteros y vecinos de ella, que alegremente la saludaban, y que la retrasaron por 30 minutos.

Andrés Manuel llegó puntual, con su esposa a bordo de un jetta blanco, para no perder su estilo personal.

Y mientras esperaban el arribo de la presidente electa, una nube de simpatizantes se tomaban selfies con él.

LA IMAGEN DEL GOBIERNO DE MÉXICO

Interesante la imagen del gobierno de México, ahora bajo el mando de Claudia Sheinbaum.

Una mujer de rasgos evidentemente mexicanos, que porta orgullosa la bandera nacional.

Imagen muy parecida a la que traían en la portada los libros de texto en la década de los 60.

Una imagen significativa a la que posó, Victoria Dorenlas pintada por Jorge González Camarena.

El arribo de Claudia Sheinbaum al palacio legislativo fue acicalado por el corifeo de diputados y senadores morenistas que gritaban, ¡presidenta! ¡presidenta!

Enseguida, la entrega de la banda presidencial, ajustada sobre el pecho de la nueva presidente de México y luego el discurso oficial.

Con una dedicatoria inicial al presidente López Obrador llena de loas y agradecimientos.

Luego, un coscorrón a los adversarios… «pasamos del fracasado modelo corrupto de los neoliberales, a la transformación profunda de México».

«Continuaremos con el humanismo mexicano y la cuarta transformación».

Y un mensaje a los vecinos del norte: «Somos un país soberano, nos coordinamos, no nos subordinamos».

Aseguró garantizar todas las libertades y enfatizó: «cualquiera que diga que hay autoritarismo, estará mintiendo».

Al gremio empresarial le dedicó estas frases… «Promoveremos la inversión pública y privada, tengan por seguro que las inversiones en México, están garantizadas.

Como el estado de derecho».

Y aseguró que la reforma judicial representa autonomía.

«Si hubiésemos querido hacer que la reforma beneficiara a la presidenta, la habríamos hecho al estilo de Zedillo.» Comentó.

Y entre lo más relevante de su discurso, anotó: «es tiempo de las mujeres».

Y por decreto, se auto definió como presidenta, no como presidente.

Y autorizó que todas las mujeres tienen derecho a autodefinirse como abogadas, ingenieras, y hasta soldadas.

Por la tarde, ante un zócalo repleto de simpatizantes, recibió el bastón de mando de los pueblos originarios y pronunció un discurso en el que se comprometió a cumplir 100 ofrecimientos en el transcurso de su mandato.

Da inicio un episodio más en la historia de México y el mundo reconoce la soberanía de nuestra nación y felicita a la primera mujer que toma el mando político de nuestro país.

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